jueves, 29 de marzo de 2007

Un día en la vida de Noel Kempff



recuerdo. El 5 de septiembre de 1986, el investigador cruceño Noel Kempff Mercado fue asesinado en la serranía Huanchaca. Nadie sospechaba que las balas del narcotráfico ese día le quitarían la vida
recuerdo. Se lo recuerda como un hombre que dio su vida por embellecer Santa Cruz. El asesinato de Kempff, Cochamanidis y Parada hizo que la población repudie el narcotráfico. El caso no está resuelto


José Andrés Sánchez
Cuando despertó, Noel Kempff Mercado no se imaginaba que ése sería su último día de vida. Era el 5 de septiembre de 1986 y se encontraba en el campamento Los Fierros, junto a más de 20 expedicionarios bolivianos y españoles que preparaban la ascensión a la serranía Huanchaca. El calor intenso de la selva no los detendría. Esa tarde ellos debían trabajar en las investigaciones que habían preparado con un mes de anticipación.

Don Noel tenía la vitalidad de un veinteañero. A sus 62 años, este hombre que le dedicaba su vida a la naturaleza y a la conservación, no pensaba en el retiro. Es más, la expedición con el grupo español que representaba a la Estación Biológica de Doñana, le abriría las puertas para desarrollar nuevas investigaciones en el parque Huanchaca. No había descanso para el científico y padre de un hijo varón y de cuatro mujeres. “Era un hombre disciplinado. A las cinco de la mañana ya estaba despierto, duchado y desayunando”, recuerda su hijo Francisco Kempff, 20 años más tarde. “Algunos podrían decir que mi padre tenía un carácter fuerte. Pero él era un defensor de la naturaleza. Uno no puede defender algo con palabras bonitas. Hay que decir las cosas con convicción”, afirma Kempff.

Así habló don Noel esa mañana, cuando insistió en partir junto al primer grupo rumbo a la serranía, a pesar de las observaciones de sus compañeros. Días antes, los expedicionarios trataron de escalar la serranía a pie, pero el terreno inestable, el numeroso equipo de trabajo y el esfuerzo que suponía para ‘el profesor’ los hizo desistir. Decidieron alquilar una avioneta y esperar. El fotógrafo Willy Kenning pasó esos días junto a Kempff. “Mi trabajo era sacar fotos, pero también hice de chofer y otras cosas. En general, el ambiente era agradable”, recuerda, y describe al grupo como un conjunto de jóvenes tranquilos. “Unos iban a sacar fotitos a los pájaros y otros recolectaban hormigas”, añade. Así pasaron los días en el campamento, entre charlas, café y fogatas. Se contaron historias y compartieron anécdotas. Nadie podía imaginar que los sucesos venideros serían trágicos.

Cuando era director de Parques y Jardines del municipio, Noel Kempff se encargó de la arborización del primer anillo y del centro de la ciudad. No sólo plantó nuevos árboles, sino que se encargó de salvar otros. “El hecho de que tengamos una ciudad relativamente verde se lo debemos a Noel Kempff. Incluso esas aceras levantadas por las raíces de los árboles tienen su firma, ya que él plantó esos framboyanes”, relata Roberto Unterladstaetter, presidente de la Fundación Noel Kempff.

A las 10:30 llegó la avioneta a Huanchaca. Desde la altura, el guía Franklin Parada, el español Vicente Castelló, Noel Kempff y el piloto Juan Cochamanidis distinguieron unas carpas y una pista de aterrizaje. A pesar de la desconfianza del español, resolvieron utilizar la pista para descender. Una mala decisión.

Minutos después, con los motores apagados, Cochamanidis y Parada se dirigieron hacia el campamento misterioso, mientras que los científicos esperaban. “Fueron dos y ahora vienen cuatro”, le dijo Kempff a Castelló. Esos otros dos hombres cargaban metralletas, hablaban portugués y estaban nerviosos. Todo sucedió en cuestión de segundos. El primero en caer fue Parada. “No hagan eso”, dijo Kempff y como respuesta recibió una lluvia de balas. Castelló y Cochamanidis corrieron hacia la selva. Sólo el científico español pudo esquivar las balas.

“El día que partió papá no pudo despedirse. Eso fue muy raro”, relata Francisco Kempff. El hijo recuerda con nostalgia el entusiasmo que mostraba su padre antes de partir en la expedición y atesora los regalos que recibió de sus manos. “Aún cuido la orquídea que me dio para mi cumpleaños”.

Noel Kempff, ‘el profesor’, se fue rodeado de sus pasiones, la selva, el aire puro y el canto de las aves, y dejó un legado que se puede apreciar en los colores de los tajibos que florecen en septiembre.

Del ‘glamour narco’ a la censura social
El asesinato de Noel Kempff, Franklin Parada y Juan Cochamanidis provocó una crisis social en Santa Cruz de la Sierra. Hasta septiembre de 1986, cualquier ‘pichicatero’ era visto como personaje exótico, vistoso y hasta respetable. Era usual que se pasearan por la ciudad en automóviles último modelo o que organicen fiestas suntuosas para sus hijas de 15 años. Cuando llegaba el momento de la fotografía ‘socialera’, muchos se peleaban un lugar junto al narcotraficante.

Pero las cosas cambiaron a partir de ese triple asesinato que conmocionó a la sociedad. Las instituciones cruceñas emitieron comunicados públicos en los que rechazaban esa actividad ilícita, los medios iniciaron una campaña para presionar al Gobierno sobre la erradicación de fábricas de cocaína y la población cruceña dijo basta con una marcha multitudinaria contra la fabricación y tráfico de drogas.

“Es lo único positivo que nos ha dejado la muerte de papá”, aclara Francisco Kempff. “Por lo menos ahora todos esos corruptos cargan la censura social encima y tienen que andar escondidos”, afirma.

Los rumores, el rescate y la fábrica de droga
El fotógrafo Willy Kenning partió el miércoles tres de septiembre hacia Santa Cruz de la Sierra. Fueron dos días de viaje desde el aserradero Moira hasta la ciudad. Cuando se encontró con sus padres, reconoció en ellos la cara del alivio. “Mis familiares pensaban que yo seguía en Huanchaca. Ellos ya sabían que la avioneta había desaparecido”, recuerda Kenning 20 años más tarde.

Ese viernes, a las 17:30, llegó a Santa Cruz el primer informe desde Moira. Decía que la avioneta no había regresado al aserradero para recoger al segundo grupo expedicionario. Al día siguiente partió otra nave desde Santa Cruz de la Sierra hacia Huanchaca. El piloto Mario Áñez divisó la pista de aterrizaje e informó a aquellos que estaban conectados a la radio. Francisco Kempff se encontraba en Santa Cruz y escuchaba atento el relato de Áñez. “El piloto vio una avioneta quemada y tres personas que caminaban entre la maleza. Dos escondidos y otro más lejos, saludando”, recuerda el hijo del científico.

Vicente Castelló era una de esas personas. Había permanecido más de 14 horas escondido entre arbustos sin hacer un movimiento. Luego, al amanecer del sábado, decidió salir a la pista para buscar a sus compañeros de viaje. Allí vio la avioneta quemada y reconoció los cuerpos del profesor Noel Kempff y de Juan Cochamanidis. Supo que debía escapar lo antes posible. Las otras personas eran los asesinos que, al parecer, esperaban que la nave aterrice para luego atacarla. Pero no contaban con la presencia de Castelló. El español corrió hacia la avioneta y cuando subió le dijo al piloto: “los otros están muertos. Tenemos que irnos”. Despegaron y dejaron atrás a los brasileños que esperaban con las metralletas. “Tenemos a un sobreviviente. Los demás fueron asesinados”, dijo Áñez por radio. Entonces Francisco Kempff preguntó: “¿quién está a salvo?” “El español”, le respondieron.

Los cuerpos de Kempff y Cochamanidis tuvieron que esperar hasta el lunes para ser recogidos. Julio Kempff, Marcelo del Río y Carlos Vaca Díez llegaron a Huanchaca minutos después que las fuerzas de Umopar. Además de la pista, se descubrió una fábrica de cocaína de proporciones asombrosas. “Había más de 700 turriles llenos que luego desaparecieron”, recuerda Del Río. El cuerpo torturado y baleado del guía Franklin Parada fue descubierto el 29 de septiembre.

Una vida de color verde
Noel Kempff Mercado nació en Santa Cruz de la Sierra el 27 de febrero de 1924. Desde su niñez mostró curiosidad por la naturaleza. Tomó cursos de Ciencias Económicas en la Universidad Gabriel René Moreno y obtuvo el título de técnico apicultor en la Universidad de São Paulo (Brasil). En sus primeras publicaciones abordó temáticas geológicas. Entre 1955 y 1980 se dedicó al estudio de las abejas y la producción de miel. Publicó libros sobre reptiles, flora apícola, fauna amazónica y grabó cantos de aves de la selva.

Fue presidente de la Asociación Apícola de Bolivia, catedrático en la UAGRM, proyectista y director del Jardín Botánico y del Zoológico y director de Parques y Jardines del municipio.

Roberto Unterladstaetter
® Presidente de la FNK
“Un hombre único en su especie”
Cuando conocí a Noel Kempff, él ya era un hombre adulto y respetado. Yo me presenté como un joven agrónomo que enseñaba en la universidad. Fue antes de la riada de 1983, en el ex Jardín Botánico. Yo había escuchado comentarios sobre Noel y conocía su trabajo. Pero fue gracias a ese encuentro que se inició mi relación profesional. Recuerdo a don Noel como una persona ‘sui géneris’ (único en su especie). Su curiosidad lo motivó a investigar de forma empírica, como amante de la naturaleza. Lo acompañé algunas veces al campo y allí pude descubrir sus peculiaridades científicas. Me llamaba la atención la relación que mantenía con la naturaleza. Él la entendía a la perfección, aunque no había estudiado. En esa época no se hablaba de ecología en Santa Cruz, pero este hombre intuía que era necesario respetar el medio. Se interesaba por la relación hombre-ambiente para no depredar el medio. Ojo: no era un conservacionista a ultranza. Hablaba de aprovechar los recursos naturales en una medida sustentable. Ya conocía los conceptos del desarrollo sostenible sin haberlo estudiado. El gran mérito de don Noel fue sentir a la naturaleza e intuir las necesidades humanas en el ambiente. Creo que aún no se le ha rendido el homenaje que se merece. Noel Kempff luchó por la conservación de los recursos y ahora no se siguen esos valores.

Huanchaca resumido
A continuación, extractos de los documentos escritos por la comisión mixta especial investigadora del ‘Caso Huanchaca’
- Mayo de 1986
El director departamental de sustancias peligrosas, Cnel. Honorio Martínez, recibe la denuncia de movimientos extraños en la serranía de Huanchaca y la posible existencia de una fábrica de cocaína.
- Julio
Llegan seis helicópteros y 160 efectivos del Ejército estadounidense para ‘prestar su apoyo a la lucha contra el narcotráfico’. Sobrevuelan la zona en reiteradas ocasiones pero según informes ‘todos los intentos de aterrizaje fallaron debido a inconvenientes técnicos o climáticos’.
- 5 de septiembre
Noel Kempff Mercado, Franklin Parada y Juan Cochamanidis son asesinados en Huanchaca.
- 7 de septiembre
Llegan efectivos de Umopar a la zona, junto a avionetas privadas, para recoger los cuerpos. Se descubre una fábrica de cocaína.
- 27 de octubre
La comisión investigadora presenta un documento en el que afirma que los asesinatos fueron el resultado de la presencia de narcotraficantes, que hubo negligente actuación de los organismos policiales responsables de la lucha contra el narcotráfico, que la intervención de las tropas norteamericanas fue irregular y perjudicial, y que los funcionarios de la DEA eran indirectamente responsables por el triple asesinato.
El Congreso censuró al ministro del Interior, Fernando Barthelemí, y la comisión recomendó la expulsión de esas tropas estadounidenses.
- 12 de junio de 1993
Se informó que los ciudadanos brasileños Antonio Costa y Almiro de Souza fueron descubiertos y arrestados. Ambos confesaron ser los autores materiales del triple asesinato. Hasta el momento no se ha descubierto a los propietarios de la fábrica.

El legado de Noel Kempff vive en Santa Cruz
recuerdo. Noel Kempff ideó y creó el primer Jardín Botánico, el parque zoológico y arborizó parques y jardines de la ciudad. La fundación que lleva su nombre desea continuar con el trabajo de ‘el profesor’

Dejó dos obras pendientes: el Gran Parque Urbano y el nuevo Jardín Botánico

El gran sueño de Noel Kempff era ver a Santa Cruz de la Sierra vestida de verde. El científico, apasionado por la naturaleza, trabajó e investigó sin descanso con el objetivo de embellecer su ciudad y despertar el sentido conservacionista en la población. Su legado respira en los jardines y parques del centro y primer anillo.

En 1965 fue nombrado Proyectista y Director del Jardín Botánico de Santa Cruz de la Sierra, espacio que desapareció en 1983 con la riada del río Piraí. Durante años trabajó por el desarrollo de este espacio, que mostraba la riqueza natural del oriente boliviano. Luego, ya como Director de Parques y Jardines del Municipio, se encargó de arborizar la ciudad con tajibos, ceibas, jacarandás, motoyoes y otros árboles que ahora se muestran orgullosos en la jardinera del primer anillo. “Fue un defensor de la conservación y la naturaleza. Sus convicciones profundas hicieron que se convierta en una autoridad en temas de naturaleza”, afirma Lorena Kempff, hija del científico y directora de la Fundación Noel Kempff.

En 1979 cumplió otro de sus grandes deseos: inaugurar el Zoológico de Fauna Sudamericana. La colección inicial contenía 20 especies y 150 especímenes. Con este logro, Noel Kempff le regaló a Santa Cruz uno de los espacios naturales más prestigiosos de la época. Además gestionó la creación de los parques Amboró y Huanchaca. En este último fue asesinado en 1986. En honor a Kempff, el congreso decidió darle un nuevo nombre al parque, que desde octubre de ese año se llama Noel Kempff Mercado. “El profesor decía que Huanchaca era uno de los pulmones del mundo”, recuerda su hija Lorena.

Su trágico final truncó muchos proyectos. Según explicó Lorena Kempff, el profesor dejó dos obras pendientes para el futuro: el Gran Parque Urbano, que estaba proyectado como un espacio natural con fauna del Oriente boliviano y museos; y el nuevo Jardín Botánico.

A Noel Kempff no sólo se lo recuerda como una víctima del narcotráfico, sino también porque sin su trabajo, Santa Cruz no sería la ciudad verde que conocemos.

Una fundación que desea continuar con el trabajo
Hace tres años nació la Fundación Noel Kempff Mercado, presidida por Roberto Unterladstaetter y dirigida por Lorena Kempff, hija del científico cruceño. Desde un principio, esta institución trabaja con el objetivo de velar por la conservación y el desarrollo de las obras que dejó ‘el profesor’.

“Personalmente, ésta era una deuda con mi padre”, afirma Lorena. “Queremos identificar las obras que necesita nuestra consulta urgente”, aclara.

Los trabajos de la fundación están abocados, por el momento, al Jardín Botánico y al Zoológico Municipal. Ambas instituciones necesitan rediseño y más recursos para mejorar sus servicios y mantener el patrimonio.

Kempff explicó que la fundación que dirige no se encarga de la administración de estos espacios. “Nosotros nos limitamos a velar por el patrimonio intangible que dejó Noel Kempff”, dice. Este cuidado se extiende al Parque Nacional Noel Kempff Mercado y al Museo de Historia Natural.

En su afán por proteger la fauna boliviana, esta fundación ha impulsado la Red Boliviana de Combate al Tráfico de Animales Silvestres (Reboctas).

Las tres personas que trabajan en las oficinas y los técnicos tienen la convicción de mantener el sentido conservacionista que dejó Noel Kempff. Un equipo que trabaja por la flora y fauna del país.

miércoles, 28 de marzo de 2007

El invierno según Vivaldi


Vivaldi escribió más de 500 conciertos y 70 sonatas, 45 óperas, música religiosa como el oratorio Juditha triumphans (1716), el Gloria en re (1708), misas y motetes. Sus sonatas instrumentales son más conservadoras que sus conciertos y su música religiosa a menudo refleja el estilo operístico de la época y la alternancia de orquesta y solistas que ayudó a introducir en los conciertos.

Sus conciertos para violín opus 8, Las cuatro estaciones, son uno de los primeros ejemplos de música programática que, como gran parte de su música, se caracteriza por ritmos vigorosos y fuertes contrastes.





Vivaldi - Mar. 07, 2007 at 02:00 PM

El invierno tiene violines que crispan la piel
Tensión acumulada en los brazos
Desesperación ordenada y temblores que no paran

El invierno canta alto y rápido
Está desencantado y quiere contagiar a las personas
A veces estalla y al momento llega la calma
Otras veces cae despavorido en el olvido y poco a poco retorna a los cielos

Sereno, en principio
Expectante y amenazante después
Anuncia su arribo con soplidos y aves que surcan el cielo con rapidez


Luego llegan las gotas,
los saltos,
el pavor,
el temor

y la tormenta

martes, 27 de marzo de 2007

Palabras de honor y respeto para Alicia




Las maravillas en los ojos de Alicia

Alicia brilla…
Mueve sus caderas y nace de ellas un mundo de magia

… Alicia corre despavorida
Nadie te persigue…
No huyas

Alicia guarda en sus ojos un mundo de maravillas
Cuida su alma porque dentro de ella esconde un tesoro
Alicia es mil palabras dulces, susurradas en mi oreja
Es el beso que no alcanzo a dar
Las mañanas en las que no logro despertar
El sueño que siempre quise soñar

Brilla...
en los jardines de saltos y columpios
en las noches de revolución que nos esperan
dentro del cofre de oro que guardas debajo de tu cama
en tus ojos
en mis manos
en el pequeño bote que nos lleva por el río de fantasias
en las últimas páginas de esta historia de maravillas

sábado, 24 de marzo de 2007

La historia de un naufragio

Así quedó el Suárez Arana, luego de ser rescatado por la marina brasilera


La marcha fúnebre acompaña al cuerpo de Dionisio Chambi Loayza. Comandantes, capitanes, familiares y compañeros del marinero desfilan detrás de los soldados que cargan el cajón. Son las 9:30 del miércoles 6 de septiembre. En la vereda del frente, desde las oficinas del V Distrito Naval de Puerto Quijarro, la esposa y los hermanos del desaparecido sargento Ernesto Samo observan al cortejo fúnebre. Esperan reunirse con el Comandante de Distrito Mario Gómez. A seis cuadras de la institución militar, en el hotel La Cascada, la familia de Walter y Fausto Borda llora sus muertes. Puerto Quijarro está de luto.

El viernes 1 de septiembre llegó una trágica noticia a la ciudad fronteriza ubicada a más de 600 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra. Apenas lloviznaba en Puerto Quijarro, pero en territorio brasilero, en la población de Albuquerque, un vendaval azotaba a la embarcación boliviana Suárez Arana, que avanzaba hacia Puerto Busch sobre aguas del río Paraguay.

Esa noche, a las 21:00, se produjo el primer naufragio de una embarcación militar boliviana desde 1963. Esa noche, 22 personas lucharon por salvarse y escapar de las olas que los atacaban. Esa noche, cinco militares y tres civiles bolivianos perdieron la vida.

El viaje sin retorno se inició a las 14:30 del mismo día. La embarcación partió desde la base naval de Tamarindero con la misión de trasladar un cuerpo de relevo hacia Puerto Busch. “Era un lindo día. Había mucho sol y las aguas estaban tranquilas”, recuerda José Luis Vázquez, el único civil que sobrevivió al naufragio. Escondido detrás de unas gafas oscuras y con un hablar cansado, Vázquez lamenta la muerte de sus amigos, los hermanos Walter y Fausto Borda. Ellos esperaron el viaje con ansias. Prepararon sus cañas y dos lanchas para disfrutar de una buena pesca en los tres días que planeaban pasar en el barco Suárez Arana. Además de los tres civiles, la cocinera Sabina Choque Limache y los 16 marineros que participaban de la misión, también viajaban, en condición de pasajeros, el Comandante de Distrito Gómez y el Teniente Richard Urquiza.

El río Paraguay es un gigante con más de 2,600 kilómetros de longitud. Sus aguas atraviesan Brasil, Bolivia, Argentina y Paraguay, antes de desembocar en el río Paraná. A su vez, Puerto Quijarro constituye uno de los puestos bolivianos más trascendentales para las fuerzas navales del país. El Suárez Arana era la nave más importante en la zona, desde Puerto Suárez hasta Puerto Busch.

A la mañana del 7 de septiembre, los familiares del Sargento Samo aún esperan noticias. Desde La Paz llegaron los hermanos Enrique y Bernarda Samo, para acompañar a Gladys Chao, esposa del marinero.

El día de la tragedia, a 80 kilómetros de distancia del punto de partida y después de seis horas de viaje, la embarcación comandada por el alférez Marco Cabrera se enfrentó a la primera dificultad. “Nos encontramos con una lluvia intensa. Por eso se decidió que lo más prudente era atracar la nave”, relata un marino que prefiere dejar su nombre en el anonimato, por temor a represalias de sus superiores. Vázquez pescaba en la parte trasera del barco cuando se detuvo la marcha. Pasaron 40 minutos hasta que llegó la orden de reiniciar el viaje. “Fue el Teniente Urquiza el que dijo que encendamos los motores y hagamos las maniobras”, recuerda el marinero anónimo. “No teníamos reflectores adecuados para navegar, así que decidimos ir detrás de un barco de turistas, para no perder el camino. Empezó a llover de nuevo y caían relámpagos que provocaban que las luces del barco se apaguen momentáneamente. Para mí era difícil manejar la embarcación, ya que era la primera vez que lo hacía. Minutos después perdimos de vista al barco”, relata.

En ese momento José Luis Vázquez tomaba asiento en el interior de la nave. Frente a él, un grupo de marineros jugaba una partida de cartas. No pasaron más de cinco segundos cuando Vázquez sintió que algo lo empujaba al piso. Escuchó gritos y sintió todo el cuerpo mojado. “Estaba cerca de la puerta y por eso escapé. Nadé hacia arriba y parecía que no iba a llegar a la superficie. Cuando logré salir, agarré un pequeño termo que me salvó”, recuerda. Un vendaval había sorprendido a la nave. Los vientos huracanados provocaron que la embarcación se vuelque sobre un costado y naufrague instantáneamente. Las olas atacaban con furia a los sobrevivientes que se aferraban a turriles para flotar. Los relámpagos iluminaban el agua y a otros grupos que luchaban por mantenerse a flote.

A sesenta metros del naufragio se encuentra una pequeña vivienda. El propietario, al escuchar los pedidos de auxilio, tomó su lancha y se dirigió hacia los sobrevivientes. Otro grupo de lanchas llegó al lugar para socorrerlos. En cuestión de minutos varios náufragos se encontraban en un barco brasilero que les dio cobijo.

Luego, la calma. Los conteos. La preocupación por los desaparecidos. La alegría por haber sobrevivido. El barco continuó silencioso su camino hacia el fondo del río Paraguay. Ahora descansa a nueve metros de la superficie, mientras espera que lleguen las grúas para salvarlo.

Al mediodía del siete de septiembre, una ambulancia de la fuerza naval se parquea frente a la casa de Gladys Chao. Trae noticias de su marido. “¿Está vivo?” pregunta ella. Ha pasado una semana desde que Ernesto Samo desapareció, pero Gladys aún tiene esperanzas. “Lo sentimos. Hoy se rescató su cuerpo a las 7:30 de la mañana. Se encuentra en la morgue de Corumbá y estará acá a las seis de la tarde”, le informa el oficial. Gladys se debilita, llora y se ensimisma. Su único consuelo es tomar a su pequeña hija de año y medio para darle el calor paternal que no conocerá.

Desde que llegó la noticia del naufragio, la marina brasilera tomó el asunto en sus manos. El barco Peneda fue el navío encargado de realizar los trabajos de rescate de los cuerpos y luego los marinos de Brasil sacarán al barco de las profundidades del río Paraguay.

Alrededor de 10 marineros y 4 buzos trabajan desde el día del accidente por rescatar los cuerpos. En menos de una semana ya se había recuperado a siete de los ocho desaparecidos. Los militares bolivianos se limitan a observar desde la orilla del río, mientras esperan noticias de los rescates. Las aguas donde naufragó el Suárez Arana pertenecen a Brasil, por lo que el ingreso de naves militares bolivianas es complicado. La burocracia no permite que las tropas nacionales se movilicen con rapidez. A la vez, los cuerpos encontrados no pueden ser trasladados directamente a territorio boliviano. Primero son llevados al puesto militar Ladario, de la marina brasilera. Luego llegan a la morgue de Corumbá, donde se realizan los trabajos forenses. Finalmente y tras casi seis horas de espera, los cuerpos llegan a Puerto Quijarro.



Los silencios y las luces de la tragedia del río Paraguay


“Son cosas que pasan. En nuestra profesión estamos sujetos a este tipo de accidentes”, le dijo el teniente Urquiza a Bernardo Samo. El río Paraguay mostraba sus aguas cristalinas mientras el hermano del sargento desaparecido buscaba explicaciones para la desgracia. El dolor es latente en los rostros de aquellos que perdieron a sus seres queridos. Ellos guardan la sensación de que hace falta explicaciones, que estos accidentes no ocurren ‘porque sí’.

La explicación oficial que ofreció el capitán de fragata Marcelo Guevara se limita a las condiciones climáticas. “Un fuerte vendaval azotó a la nave y causó su hundimiento”, dijo el relacionador publico del V Distrito Naval. Guevara no viajaba esa noche en el Suárez Arana. Los militares que naufragaron no dieron ninguna declaración a medios de prensa, ya que recibieron la orden de callar hasta que se realicen las investigaciones internas. “A mí me gustaría colaborar en todo lo posible, pero se me hace imposible. Tenemos órdenes y debemos cumplirlas”, aclaró el teniente Urquiza.

Pero un grupo de sub oficiales, sargentos y oficiales del V Distrito no cumplió la orden. Ellos decidieron dejar sus nombres en el anonimato y lanzaron acusaciones. Según este grupo, la tripulación que manejaba al Suárez Arana no tenía la experiencia suficiente. En su mayoría, eran jóvenes que apenas habían navegado y otros por primera vez subían al barco. Gladys Chao, esposa del sargento Samo, recuerda que su marido le mostró el barco semanas antes de que zarpen. “No tenia reflectores, los salvavidas estaban tirados en un depósito, la madera del piso estaba podrida en algunos lugares. Esa nave no estaba en buenas condiciones”, afirmó la mujer del marinero que por primera vez manejó el timonel de la nave. Esta denuncia coincide con la declaración de uno de los marineros que se salvaron. “El tiempo fue el mayor culpable, pero algo tuvo que ver la inexperiencia de la tripulación. Yo no conocía la tecnología. Era la primera vez que la manejaba” dijo desde el anonimato.

La esposa de uno de los civiles fallecidos, Ana María de Borda, recuerda el día que su marido recibió la invitación para viajar en la embarcación. “El Comandante vino hasta mi casa para invitar a Walter. Él prestó un galón de gasolina para el viaje. No era la primera vez que viajaban en esa nave”, declaró al día siguiente del entierro de su esposo. Cuando se enteró del naufragio, ella se dirigió hasta Albuquerque para averiguar qué había ocurrido. “No recibí ninguna explicación y hasta ahora no me han dicho nada. Queda una sensación de vacío y muchas preguntas: ¿por qué no usaban salvavidas?, ¿qué llevaban dentro de la heladera que aplastó a mi esposo?, ¿por qué las mesas y camas no estaban adheridas al piso?”, se pregunta ahora.

Para el capitán Guevara, la tripulación que manejaba el barco contaba con experiencia suficiente en navegación, ya que todos habían egresado de la escuela. “Decir que eran inexperimentados es como afirmar que un licenciado de la universidad no tiene experiencia para trabajar. Todos eran profesionales”, dijo. Sobre los chalecos salvavidas, el capitán declaró que las investigaciones internas de la naval darán luces acerca de lo ocurrido. “Confiamos en que se llegará al meollo del asunto para determinar si hubo algún delito militar o civil. Como norma, toda persona que viaje en una embarcación militar debe usar salvavidas”. Lo cierto es que el barco Suárez Arana realizaba trabajos privados para instituciones privadas de la zona. La empresa Motores y Minerales de Bolivia alquilaba la nave para transportar víveres y piedras desde la laguna Mandioré hasta Puerto Suárez. “Es un servicio más que ofrecíamos. Así colaboramos con el potencial de la zona”, añadió Guevara.

Permanecen las interrogantes y los familiares de los fallecidos esperan que se esclarezcan las cosas. Las esperanzas están puestas en la comisión investigadora que tiene 10 días para arrojar los primeros resultados y en el informe de la marina brasilera que colaboró en el rescate de los cuerpos.


Aguas profundas
- El barco TM 528 AB Suárez Arana transportaba a 22 tripulantes.

- Naufragó el 1 de septiembre frente a la población de Albuquerque (Brasil) a 80 kilómetros de Puerto Quijarro.

- La tripulación estaba conformada por alférez Marco Cabrera (1er Comandante de la nave), alférez Fernando Peralta (2do Comandante), sargento Ernesto Samo (1er Timonel), sargento Reynaldo Mamani (2do Timonel) y marinos que se dirigían a relevar en el puesto de Puerto Busch.

- Viajaban en condición de acompañantes el Comandante de Distrito Mario Gómez Alayza y el Teniente Richard Urquiza.

- Los civiles que ingresaron al navío fueron José Luis Vázquez, Walter Borda, Fausto Borda y la cocinera Sabina Choque.

- Sábado dos de septiembre: Pescadores rescataron el cuerpo de Fausto Borda. Se encontraba a 8 kilómetros del lugar del accidente.

- Domingo tres de septiembre: los buzos de la marina brasilera ingresaron al navío y rescataron los cuerpos del capitán Jimmy Mijaria y del marinero Ramiro Mamani. En la noche se rescato el cuerpo de la Sabina Choque.

- Lunes cuatro de septiembre: Se encontraron los cuerpos del civil Walter Borda y del marinero Dionisio Chambi.

- Jueves 7 de septiembre: a las 7:30 se rescató el cuerpo del sargento Ernesto Samo.

- Hasta el cierre de este reportaje no se había localizado al alférez Saúl Ramos, por lo que se lo considera desaparecido.



Una joven fuerza naval y un joven barco


La historia de las fuerzas navales bolivianas está repleta de cambios. Según explicó el capitán de fragata Marcelo Guevara, la armada boliviana nació con la patria. En la primera Constitución Política del Estado se creó el Ministerio de Guerra. Estaba conformado por el Ejército de línea y la Escuadra Naval. A los pocos años, la institución naval estaba descuidada por los políticos, ya que el Estado se preocupó más por la minería que en sentar soberanía sobre las costas del Pacífico. Entonces llegó la Guerra del Pacífico, que sorprendió a Bolivia, una nación sin embarcaciones. Después de esta guerra la institución naval quedó en el olvido. “Simplemente no se toma en cuenta a la naval. Prácticamente es desactivada”, afirmó Guevara.

El 4 de enero de 1963, a partir de una decisión política, se emite el decreto de fundación de la Fuerza Fluvial y Lacustre. En 1954, se cambió de nombre a Fuerza Naval Boliviana. Finalmente, en 1982, se la denominó Armada Boliviana. Pero por falta de voluntad política, no se cambio el nombre en la Constitución. “Estamos obligados a usar internamente el nombre de Fuerza Naval y a nivel exterior el de Armada Boliviana”, aclaró el capitán. Actualmente la Fuerza Naval cuenta con más de 1000 oficiales y 1200 marineros. El barco Suárez Arana era uno de los barcos más jóvenes de la naval; y también uno de los más grandes. Fue construido en 1989 y trabajó sin descanso hasta 1999, cuando se le realizó una refacción. “Su capacidad era aceptable para los trabajos de carga y relevo que realizaba”, afirmó el capitán Marcelo Guevara.

Su velocidad máxima era 7.5 nudos (alrededor de 13 kilómetros por hora), que para esta embarcación es muy aceptable. Tenia de punta a punta 23,32 metros y 4,10 de ancho.

lunes, 19 de marzo de 2007

La Gran Estafa - Deportado

Cómo el sueño migratorio muere antes del viaje

Engaño. Las agencias de viajes clandestinas ofrecen de todo para irse a España: pasajes al doble del precio, certificados de salud y cartas de invitación falsas. Aseguran que sus métodos son “ciento por ciento seguros”.
Engaño. La legislación no ofrece los mecanismos para que los afectados alcancen justicia. Las instituciones turísticas luchan con poco éxito por identificar y hacer clausurar las agencias ilegales.

“Salimos a España. Somos cinco y tenemos un pasaje para usted. Llámenos”

José Andrés Sánchez
El agente de migración revisó los papeles de Marisol y le preguntó: “¿A qué vienes a España?” Ella le respondió con la frase que tenía preparada en ese caso: “Mis padres me regalaron el viaje por mis buenas notas en la universidad. Estoy de vacaciones”. Entonces el amable agente le pidió que espere en una esquina. Allí se encontraban más de cien ciudadanos bolivianos que no lograron atravesar la gran puerta que separa a los ‘bienvenidos’ de los ‘rechazados’. Los deportados.

Lo que Marisol Mendoza no sabía era que su suerte estaba echada desde semanas antes que realice su viaje. El día que hasta su casa llegó una ‘vieja amiga’ de la familia para hablarles del sueño español, del bienestar económico y del futuro próspero. Desde esa visita comenzó la estafa.
No es difícil encontrarse con supuestas agencias de viajes que ofrecen métodos seguros para ingresar a España. Los avisos comerciales se encuentran en los diarios, en publicidades radiales o en la televisión. Sólo basta con tomar un teléfono y realizar la llamada.

EL DEBER llegó a contactarse con una de estas empresas ‘truchas’. “Salimos a España. Somos cinco y tenemos un pasaje para usted. Llámenos”, decía la publicidad de ‘Kerleytours’. El método es el siguiente: una persona contesta el teléfono e indica una dirección inexistente. Cuando el cliente llama de nuevo para reclamar, la persona de la ‘agencia’ le da una nueva dirección. Los estafadores aprovechan el tiempo para armar una oficina ficticia.

La oficina está casi vacía. Allí sólo se encuentran un escritorio, una computadora y el propietario del negocio. Entonces empieza la charla: “Yo le garantizo que va a entrar a España sin problemas. No necesita carta de invitación ni permiso de la embajada. Sólo pague el pasaje y nosotros nos encargamos de los trámites. Si quiere, puedo conseguirle una carta de un hospital español que certifique que usted va para hacerse una operación. Ese servicio es un poco más caro”, dice el hombre mientras muestra los pasajes, pasaportes y certificados de vacunación contra la fiebre amarilla.

Con uno de estos estafadores se encontró Nicolás, un mecánico de 46 años, soltero y habitante de la Villa Primero de Mayo. “Nunca me imaginé que estaba siendo engañado. Reuní dinero y pagué sin pensarlo dos veces. Esperaba que mi experiencia como mecánico me ayude a conseguir buen trabajo en España”, recuerda ahora, cuatro meses después de ser inadmitido.

Nicolás pagó $us 1,600 por un pasaje que cuesta alrededor de $us 1,200 y añadió $us 500 para comprar una carta de invitación falsa. El dinero lo consiguió con la venta de su auto, un Toyota Corolla ‘transformer’. También le ayudó haber vendido sus muebles, algo de ropa y adornos. “Por suerte no tengo deudas, pero ahora nada me pertenece”, se lamenta el hombre que durmió una noche en el aeropuerto de Barajas y tuvo que retornar a su viejo trabajo en un taller del segundo anillo de Santa Cruz de la Sierra. Ya desistió de su búsqueda de aquel hombre ‘educado y amable’ que le vendió el pasaje y los documentos y que le había asegurado que iba a ingresar a España sin problemas.

Estas falsas agencias también ofrecen trabajo seguro, alojamiento en el hogar de un amigo del propietario y sueldos mayores a los 700 euros ($us 920). Manejan métodos de ingreso que detallan a los clientes. “Prefiero separar a las parejas para no despertar sospechas”, aclaró el propietario de la agencia ‘trucha’. “Padre y madre no deben viajar juntos. Cada uno por su lado. Tampoco es bueno enviar personas en vuelos de líneas nacionales. Hay que tratar de ‘meterlos’ en aviones peruanos, chilenos o estadounidenses. Al fin y al cabo todo es cuestión de suerte. Pero una cosa es clara. Si sos moreno, lo más seguro es que no te dejen entrar”, dijo. Así dejó claro que ingresar a España es una ruleta rusa en la que el color negro usualmente no sale ganador.

Marisol vivió otro tipo de estafa. La agencia que la atendió tiene oficina y cartel que se ve desde la calle, pero no está afiliada a la Asociación Boliviana de Agencias de Viajes y Turismo (Abavyt). La empresa le aseguró que iba a ingresar a España, pero no cumplió con uno de los requisitos: reservar el hotel. Además, los padres de la estudiante de 21 años invirtieron $us 2.000 que se prestaron de familiares.

El día de su viaje, Marisol no estaba nerviosa. Ella confiaba en que iba a entrar sin problemas, que se iba a contactar con amigos de la agencia y que iba a conseguir trabajo en el rubro prometido: la limpieza. “Hasta me hicieron ir al salón de belleza y ese mismo día me dieron una clase para que aprenda a llenar los formularios de migración”, recuerda. Su viaje fue el 21 de octubre. Dos días después estaba de regreso en su tierra natal. En el aeropuerto de Barajas fue atendida en dos ocasiones por abogados y durmió junto a más de un centenar de personas en un piso vacío. Hasta el último segundo estaba segura que las autoridades españolas decían la verdad al afirmarle: “no se preocupe, es cuestión de tiempo”.

Al día siguiente del viaje, la madre de Marisol recibió una llamada telefónica. “Mi hija me dijo que tenía problemas con los papeles y que la iban a deportar”, recuerda Nicolasa. Entonces esta mujer inició su peregrinaje en búsqueda de la verdad. Visitó diferentes agencias para observar el trato que daban a sus clientes, se entrevistó con abogados y con otras personas que se preparaban para viajar a España y sentó una denuncia contra la agencia en la Asamblea de Derechos Humanos. Poco a poco descubrió que la mujer que convenció a su hija recibe una ‘tajada’ de las ganancias por los viajes; que el hombre que acompañó a Marisol y que ingresó sin problemas era en realidad un pariente del propietario de la agencia y que había pagado de más por el pasaje. Pero todos sus esfuerzos por denunciar el hecho se fueron por la borda cuando cayó en cuenta de que estaba sola en la lucha. “No se puede hacer nada contra estas personas. Tienen dinero y uno debe ocuparse de pagar las deudas. Preferí dejar todo en el olvido y trabajar más duro”, dice.

Existen casos distintos de los deportados, pero todos tienen algo en común: desean mantener el anonimato y no posar para fotografías. Las razones son diversas. Puede ser por vergüenza o por temor a las agencias o estafadores. Betty Pinto, funcionaria de la Defensoría del Pueblo, explicó que los ‘traficantes’ de personas generalmente son individuos que forman parte de alguna red internacional de criminales. “Por eso es importante ser prudente en el uso de la identificación de migrantes”, afirmó.

En muchos casos, explicó Pinto, las cartas de invitación que llevan los bolivianos son fraguadas y no escapan a los ojos de los agentes españoles. “Los estafadores sólo quieren cobrar el dinero y las agencias de viaje no tienen ningún control legal. Pueden prometer de todo, pero de ningún modo garantizar la llegada del migrante. Además, el Estado aún no cuenta con instancias públicas que presten apoyo psicológico para estos casos de frustración colectiva, fraude y engaño”, aclaró.
Marisol y su madre ahora tienen las ideas claras. ¿Por qué decidió enviar a su hija a España? “No lo sé. Sólo vimos la oportunidad y nos animamos sin pensarlo dos veces”, reflexiona Nicolasa. “No me importa el dinero perdido. Soy trabajadora y lo recuperaré con mi pensión. Pero algo he perdido, y es la confianza en las personas”.

La ‘movida’ de las
agencias mentirosas
Cartas fraguadas.
Ofrecen cartas de invitación a un costo de $us 500. Generalmente entregan cartas ‘clonadas’, con direcciones inexistentes.
Pasajes. Cobran entre $us 1,600 y 2,000 por el viaje. Un vuelo normal cuesta entre $us 1,200 y 1,300, según la temporada.
Salud. Para viajar a España es necesario presentar un certificado de vacuna contra la fiebre amarilla. Algunas agencias lo ofrecen a Bs 60, sin pasar por la revisión médica.
Hospitales. Conseguir una carta de un hospital que testifique que la persona va a operarse cuesta alrededor de $us 200. Generalmente este documento también es falso.
Trabajos. Las agencias realizan reservas en hoteles pero recomiendan no ir a ellos. Algunas ofrecen ‘casas’ donde los migrantes serán alojados indefinidamente y allí se les conseguirá trabajo.

Sólo 50 agencias legales
La Asociación Boliviana de Agencias de Viajes y Turismo (Abavyt) se esfuerza por mantener en alto la imagen de los agentes de viaje en Santa Cruz de la Sierra. “Tenemos el deber de velar porque nuestros compatriotas no sean engañados en su buena fe”, declaró la presidenta de la institución, Leslie Cronenbold.

Abavyt es consciente de que existen empresas turísticas que no trabajan dentro de los marcos legales. “Hay cientos de ellas”, dice Cronenbold. Hasta ahora se ha logrado que decenas sean clausuradas, pero identificar a las clandestinas es muy complicado. Por ahora, Abavyt ha contratado mensajeros que visitan Migración y ONAMFA para explicar a las personas los pasos que deben seguir para gestionar visas, indicarles cuáles son las 50 agencias acreditadas para trabajar y advertirles sobre los estafadores.

Queda claro que esta institución y la Unidad de Turismo de la Prefectura tienen las manos casi atadas, por la ausencia de una legislación que controle y castigue con fuerza a los estafadores.
También está claro que muchos deportados se rehúsan a denunciar los hechos. En la Defensoría del Pueblo de Santa Cruz no hay casos, mientras que en Derechos Humanos apenas hay dos registrados este año. Abavyt maneja cientos, pero los afectados no suelen seguir los procesos hasta el final. “La gran mayoría desea volver al país, por eso es que desisten de su búsqueda de justicia”, aclaró Betty Pinto, responsable de seguir las denuncias de la Defensoría del Pueblo.

La publicidad que miente
Fernando Álvarez - Abogado
La constante y creciente migración de miles de bolivianos parece haberse convertido en el negocio perfecto de muchas agencias de viaje. En muchos casos, algunas empresas recurren a la publicidad engañosa para captar clientes. En términos comunes, la publicidad engañosa implica un ‘artificio’ al momento de ofertar un producto o servicio. En este sentido, podría asumirse como publicidad engañosa aquella cuya intención se basa en confundir al receptor, con el fin de ocultarle ciertos elementos perjudiciales del producto. La publicidad engañosa puede verse descubierta ante la concurrencia de alguno de estos tres mecanismos: a) la simple exposición de la publicidad, donde se evidencia de manera obvia el engaño; b) La omisión de determinadas características que resultan esenciales para conocer el producto y c) aseveraciones que conduzcan al engaño o a incurrir en el error por parte del destinatario. De esta manera, queda claro que la publicidad engañosa no es sólo aquella que utiliza la mentira, sino también la que cuenta "verdades a medias". En este sentido, una frase como "Tenemos un método infalible para su viaje a Europa", o un eslogan como "viaje a España, 100% efectivos", pueden ser considerados como publicidad engañosa. Resulta esencial para el pasajero saber si el trabajo de la agencia concluye antes o después de caminar por el vía crucis de Migración o que no está en manos de la agencia el "derecho de admisión" del pasajero. La legislación boliviana ha quedado retrasada y resulta insuficiente al momento de sancionar a quienes incurren en estas actividades. Existe una norma a nivel municipal, pero queda restringida al ámbito de su jurisdicción. Necesitamos mejorar nuestro ordenamiento jurídico y promulgar normas que protejan los derechos de los consumidores. Debemos definir los criterios para identificar una publicidad engañosa, las restricciones que tendrían quienes publiciten y el mecanismo de protección para los clientes. Su implementación otorgaría seguridad jurídica a los consumidores y a los competidores que operan de manera correcta en el mercado. Por esta razón, es necesario aprovechar esta coyuntura humillante que sufren nuestros compatriotas y ampliar el problema de la publicidad engañosa a todas las esferas del comercio.

Desde la defensoría del pueblo
Promesas: Existen redes de traficantes que se ocupan de captar gente para trasladarla con falsas promesas.
Maltrato: La emigración en condiciones de irregularidad facilita la explotación y el tráfico.
Comunidad: La gente desconoce que España es parte de la Unión Europea y cualquier infracción en un país de la Unión le hace indeseable en el resto.
Indeseados: Cuando los deportan, lo que no pueden superar es que se les prohiba el ingreso a otros países de la Unión.
Insistentes: La mayoría de los que fueron a España y luego fueron deportados, intentarán viajar de nuevo porque algún traficante le ofertó que "llegará sin problemas"

Los números iraquís






ANALYSIS
Iraq War's Statistics Prove Fleeting
By Karen DeYoung
Washington Post Staff WriterMonday, March 19, 2007; Page A01




The U.S. war in Iraq enters its fifth year today. That, and 3,197 U.S. military deaths reported by the Pentagon as of 10 a.m. Friday, are among the few numerical certainties in a conflict characterized from the start by confusion and misuse of key data.




In the fog of modern counterinsurgency warfare, statistics have replaced conquered territory as measures of success. Then-Defense Secretary Donald H. Rumsfeld once dismissed questions about the level of combat-ready Iraqi troops by saying that numbers are only numbers and "misleading" as to the truth, but the Bush administration has supplied a steady stream of them.
The administration began quantifying the conflict long before the U.S. invasion on March 19, 2003, warning that Saddam Hussein had not accounted for "29,984" chemical munitions and "tens of thousands of teaspoons" of anthrax. "Nearly two dozen" al-Qaeda extremists were said to be operating in Baghdad. Alternative counts on these and other subjects were rejected as partisan or uninformed.




In January, after years of fluctuating deployments, President Bush told the nation that an additional 21,500 U.S. troops were needed to quell escalating violence in Baghdad. As of Friday, that total had reached 28,700.



Guerra sin cuartel. Tanques en las calles. La imagen captada por Google Earth



Since the war began, Congress and the public have demanded precise accountings -- often of things that are difficult or impossible to quantify. Critics have sometimes misused data to argue that things were getting worse.




Some government calculations have been meticulous, even when belying claims of progress. Weekly tallies of oil produced, electricity supplied and construction projects completed have invariably fallen below stated goals. The military has provided public accounts of failing troop readiness and recruitment.




But the administration and the military have also muddied bottom lines by altering targets and categories of data. Multiple regular and special accounts have made it difficult to compute total war spending. Detainee numbers have oscillated, depending on whether the objective was to tout achievements or conceal secret prisoners. Convenient guesses have at times been offered as fact.




"In February, Iraqi and coalition forces conducted just over 200 operations against al-Qaeda objectives, having killed over 100 terrorists and capturing over 400 terrorists," Maj. Gen. William B. Caldwell IV, spokesman for U.S. forces in Iraq, told reporters in Baghdad last week.
Later in the briefing, Caldwell said he was sure about the 100 killed but said the 400 captured "will go through a screening process" to determine "whether or not they in fact were associated with the terrorists . . . or whether they were perhaps just innocent bystanders."




Two categories of data -- insurgent and civilian Iraqi deaths, and the training and deployment of Iraqi security forces -- illustrate how flexible the numbers can be.




"We don't do body counts on other people," Rumsfeld said during the war's ninth month, a tacit reference to the statistical excesses of Vietnam. Yet that rule has been bent repeatedly, with scant explanation of how figures are compiled.




On April 6, 2003, the Pentagon listed 61 U.S. soldiers and Marines killed or missing in action, while officers in the midst of battle estimated that "2,000 to 3,000" Iraqi combatants had been killed during a single tank incursion into central Baghdad. A year and a half later, as the U.S. death toll topped 1,000, Rumsfeld observed that in August 2004 alone, U.S. and coalition forces "probably" killed between 1,500 and 2,500 terrorists and criminals. In January 2005, Army Gen. George W. Casey Jr., then the top U.S. military officer in Iraq, estimated that U.S. and Iraqi forces had killed or captured 15,000 enemy fighters in 2004 -- three times as many as an estimate by Gen. John P. Abizaid, then-Centcom commander, of the total size of the insurgency about one year earlier.




The number of enemy losses, Pentagon spokesman Bryan Whitman told The Washington Post about 2 1/2 years into the war, is "a metric that can help convey magnitude and context" after a battle. Military officials said the release of such numbers helps bolster the morale of U.S. forces. But there is no way for outsiders to verify them.




Civilian casualties have proved even harder to pin down. Before the war, the United Nations predicted that they could reach 500,000; once it started, critics claimed thousands of civilian deaths. But in his May 1, 2003, "Mission Accomplished" speech, Bush said the use of precision weapons had largely diminished noncombatant deaths.




On Dec. 12, 2005, Bush offered his first and only number of Iraqi casualties: "30,000, more or less," without distinguishing between enemies and noncombatants. The independent, London-based Iraq Body Count offered a similar figure for civilians only -- 34,516 to 38,661 Iraqis dead by early 2006.




The group's most recent tally, drawn from global media accounts, estimated civilian deaths between 59,287 and 65,121, as of yesterday. The British medical journal Lancet estimated 100,000 civilian casualties in the 18 months after the invasion, and in October it raised its total to 600,000. On the low end, the independent, U.S.-based Iraq Coalition Casualty Count placed the one-year total from March 2006 to last weekend, including Iraqi security forces, at 21,186.
The United Nations, using reports from Iraqi morgues, hospitals and local authorities, placed the 2006 figure at 34,000 -- three times the official Iraqi government count. Iraqi Prime Minister Nouri al-Maliki's office ordered the country's health ministry to stop providing figures to the United Nations.




The Defense Department does not release detailed tallies of Iraqi casualties, but in an Iraq security assessment published last week it said the number decreased in January "but remained troublingly high." Noting that only incidents "reported to or observed by Coalition forces" were included, it said that the U.N. estimate of more than 6,000 civilians killed or wounded in December was "about twice as many casualties as were recorded by Coalition forces."




Bush has vowed that "as Iraqis stand up, we will stand down." Yet the administration's calculations of the size and capability of Iraqi security forces have often been difficult to follow.




In March 2004, Rumsfeld announced "very good progress" in training Iraqi forces, whose numbers had increased "from zero to over 200,000." Nearly a year later, in February 2005, he gave the total as 136,065. At that point, Gen. Richard B. Myers, then chairman of the Joint Chiefs of Staff, estimated that fewer than a third of them were capable of fighting.




According to Jeff Miller, a researcher at the Carnegie Endowment for International Peace, official figures over the years "reveal a painfully clear pattern of overselling the pace and quality of Iraqi force training." One reason for the repeated discrepancies has been frequent changes in the way the Iraqis are counted.




The figures offered by Rumsfeld and Myers often bore little relation to tallies provided in weekly unclassified Pentagon reports. In late 2003, progress toward the Pentagon's goal of 221,700 trained police and military forces was divided into categories of Iraqis "currently operating" and those "currently in training." By June 2004, as the goal increased to 259,869, the two categories were melded, and "untrained" forces -- more than four-fifths of both the police and the army at the time -- were listed as "on duty" along with those trained.




In September 2004, the "on duty" category was renamed, and 231,560 Iraqis were described as "on hand."




After critics questioned the figures, "on hand" was subsumed into a new category -- "Iraqi Security Forces Trained/On Hand" -- and the total fell to fewer than 100,000. One reason was that the Pentagon stopped including nearly 80,000 members of Iraq's Facilities Protection Service, untrained guards under the control of various Iraqi government ministries.




More recently, as training for the now-135,000-member national police force has been largely turned over to Iraqis, U.S. officials have acknowledged that the force is partially infiltrated by Shiite militias. Meanwhile, the military is concentrating on the Iraqi army, described by Bush in his announcement of a new strategy on Jan. 10 as "essential to the U.S. security mission."




According to a chart in last week's Pentagon assessment, the number of "Trained Iraqi Security Forces" now totals 328,700. A disclaimer noted that "the actual number of those present-for-duty soldiers is about one-half to two-thirds of the total due to scheduled leave, absence without leave, and attrition."




Researcher Julie Tate contributed to this report.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Ética del periodismo

Párrafo del discurso de Ezequiel Paz, director y editor de La Prensa, de Buenos Aires, en el 56 aniversario de La Prensa, el 18 de octubre de 1925

Informar con exactitud y con verdad, no omitir nada de lo que el público tenga derecho a conocer. Usar siempre la forma impersonal y culta, sin prejuicio de la severidad y de la fuerza del pensamiento crítico. Desechar los rumores, los “se dice” o “se asegura”, para afirmar únicamente aquello de que se tenga convicción afianzada por pruebas y documentos. Considerar que es preferible la carencia de una noticia a su publicación errónea o injustificada. Cuidar de que en las informaciones no se deslice la intención personal del que las redacta, porque ello equivaldría a comentar, y el reportero o cronista no debe invadir lo reservado a otras secciones del diario. Recordar antes de escribir cuan poderoso es el instrumento de difusión del que se dispone y que el daño causado al funcionario o al particular por la falsa imputación no se repara nunca totalmente con la aclaración o rectificación caballerescamente concedida. Guardar altura y serenidad en la polémica y no afirmar nada que hayamos de tener que borrar al día siguiente. Y por ultimo, inscribir con letras de oro, en lugar preferente, y bien a la vista sobre la mesa de trabajo, las palabras de Walter Williams, insigne hombre de prensa norteamericano:

NADIE DEBE ESCRIBIR COMO PERIODISTA LO QUE NO PUEDA DECIR COMO CABALLERO

El maravilloso pueblo paceño


De cuando en cuando… cada tres o cuatro años y cuando las papas queman, los tanques del ejército boliviano dejan sus guaridas militares para bloquear las calles de El Alto, el centro paceño y la carretera que une a ambas ciudades.

Salen para demostrar a los habitantes de la sede de Gobierno quién es el guardián de la seguridad nacional.

Los soldados, parapetados en los cruces peatonales, escondidos a la vuelta de la esquina o marchando en fila india, se muestran como seres invencibles, GI Joes de la nación boliviana en lucha permanente por la democracia.

Su enemigo es el pueblo. El pueblo que no tiene miedo, que está dispuesto a enfrentarse, el pueblo que sabe que, militares o civiles, todos en esta ciudad apellidamos Huanca, o Quispe, o Mamani, o Paco, Calisaya, Huarachi, Charca. Somos todos hermanos, primos, hijos, padres... y a la vez bastardos.

Que maravilla

En Bolivia se ha repetido hasta el infinito la imagen del héroe sin rostro que detiene el paso del tanque. Lo único que falta es que CNN lo filme para que esa imagen recorra el mundo.

Esta vez, la última, fue una chola anónima, de pollera color bordó y mantilla celeste. Con una mano sostenía su sombrero. Con la otra alzaba hacia el cielo una Biblia. De su boca salían oraciones a la Pachamama, al Inti, a Dios y a Jesucristo. Palabras mezcladas entre el quechua y el español. Esta mujer es todo corazón. Llora porque no quiere más asesinatos, pero está dispuesta a dar la vida en la lucha.

Gracias, Dios, por darme esta imagen para apreciar. Gracias por darme la oportunidad de reconocer a los verdaderos héroes de la bolivianidad.

Desde mi cómoda trinchera periodística, estoy seguro que mis agallas no dan para tanto. Yo tengo mucho por perder… a la chola anónima sólo le queda su dignidad.

lunes, 12 de marzo de 2007

Canción de Alicia en el país


A finales de los 70 el compositor argentino Charly García creó esta canción inspirada en su país, su gente, su vida y la obra de Lewis Carroll. Ahora Alicia canta en español. Nos dejó palabras que hablan de la falta de libertad, la tristeza, la desesperación y la desesperanza, dentro de un mundo de maravillas incomprendibles. Dulzura y catástrofes unidas, tanta contradicción como la que carga la esencia humana. La canción pertenece al grupo Serú Girán. Disco: Bicicleta.



Quién sabe, Alicia, este país,
No estuvo hecho porque sí
Te vas a ir, vas a salir
Pero te quedas, ¿dónde más vas a ir?
Y es que aquí, sabes…

El trabalenguas… traba lenguas
El asesino… te asesina
Y es mucho para ti

Se acabó ese juego que te hacía feliz

No cuentes lo que viste en los jardines,
El sueño acabó
Ya no hay morsas
Ni tortugas

Un río de cabezas aplastadas por el mismo pié
Juegan cricket
Bajo la luna

Estamos en la tierra de nadie, pero es mía
Los inocentes son los culpables, dice su señoría
El rey de espadas…

No cuentes qué hay detrás de aquél espejo,
No tendrás poder
Ni abogados
Ni testigos

Enciende los jardines que los brujos piensan en volver
A alumbrarnos
El camino

Estamos en la tierra de todos, en la vida
Sobre el pasado y sobre el futuro, ruina sobre ruina
Querida Alicia...

Bienvenidos al país de las maravillas


Lo vivo todos los días y por eso lo entiendo. Desde la creación de mi nación, los bolivianos hemos vivido en burbujas de ensueño y esperanza. Sin embargo, continuamos manteniendo el dulce y agobiante orgullo de ser uno de los países más pobres del continente. Es maravilloso por su contrariedad.

Vivo en Bolivia. En el departamento oriental de Santa Cruz. En la capital del departamento, Santa Cruz de la Sierra. Aquí nací, crecí y por ahora, me mantengo. Tengo la certeza, como la gran mayoría de mis compatriotas, de que en este país la vida es algo injusta. En Santa Cruz somos 1 millón y medio de personas. En Bolivia arañamos los 9 millones. En total, en este país con más de 1 millón de kilómetros cuadrados, apenas vivimos, en promedio, 9 bolivianos por km2. Ni siquiera podríamos saludarnos a la distancia si no estuviésemos apretujados en las tres ciudades más densas: La Paz-El Alto, Cochabamba y Santa Cruz.

Yo no tengo mucho de qué quejarme, para ser sincero. Vengo de una familia de clase acomodada, con casa propia y un matrimonio que supo mantenerse unido a pesar de los problemas que enfrentan todas las parejas. Estudié en un colegio privado, pasé unos meses en Europa y luego retorné a mi país para seguir mis estudios en la universidad, también privada.

Cuando niño fuí feliz. Más allá del asma que me tuvo en cama durante la mayor parte de mis primeros seis años, recuerdo mi niñez con imágenes como las siguientes: fiestas de cumpleaños en casa, con amigos, familiares y muchos regalos. Parques de diversión, juegos con mis abuelas, galletas en la casa de mi abuelo, viajes a La Paz para jugar con mis primos favoritos, el lago Titicaca y navidades fantasiosas con Papá Noel.

En mi juventud descubrí las pasiones y algunas perversiones que me marcaron personalmente. Entonces entendí que no le tengo miedo a las cosas mundanas. Viví el amor con una chica maravillosa. Ella se convirtió en mujer conmigo. Yo me convertí en hombre con ella. Viví el sexo con desenfreno y algo de vergüenza, pero siempre conciente de que no es mas que otra manifestación instintiva que nace de la naturaleza. Viví las drogas como se las debe vivir: en exceso y con la esperanza de que se conviertan en el escape perfecto. Finalmente comprendí que no es así. También conozco el desamor en su manifestación más grande y sé lo que es caer, sentir el latido del corazón, aguantar el nudo en la garganta, soportar el rechazo con estoicismo y andar a tientas por las calles en búsqueda de un rostro amigable. En síntesis, hasta ahora mi vida es un cúmulo de necesidades emocionales… las más simples y básicas. Fue toda una experiencia maravillosa, con sus altos y bajos decibeles…

Por eso me encuentro con 'la maravilla' recién ahora, a mis 25 años. Porque la burbuja explotó y ahora mis manos tocan la realidad más real.

He conocido a un hombre de 82 años que perdió su hogar cuando el río entró hasta su comunidad. Lo rescataron tres días más tarde. Estaba desnudo y flotaba apoyado en un tronco de madera.

También he conocido a un ministro que renunció al ejército, desencantado por la jerarquización y la falta de libertad de opinión. Era rebelde. Ahora, 20 años más tarde y con una carga de postgrados, masterados y doctorados encima, ocupa su sillón en el poder y comanda a las fuerzas armadas de la nación. Fue su venganza perfecta.

Conocí a un vendedor empedernido; un ejecutivo de cuentas con esposa e hijos, sin estudios, ambicioso y derrotado. Su trabajo se basa en vender los mejores automóviles para que su jefe máximo, el presidente de la empresa, se enriquezca cada día más. ¿Cómo le pagan? Con un suelo básico, algunos seminarios y una foto en la puerta de entrada que dice: “Empleado del mes”.

Finalmente tuve frente a mí una oferta millonaria. Me dijeron con la mayor frialdad: “Son 15 años de plazo. $us 144 mil por un departamento de 200 metros cuadrados. Ya están casi todos, los 90 departamentos, reservados. Decídase porque en unos meses los terminamos de vender”. Cuando escuché eso recordé a ese hombre que flotaba desnudo en medio del río.


Si. Este es un país maravilloso y todos los que aquí vivimos lo somos también.